
El medio es el mensaje. Eso pensaba Marshall McLuhan y, la verdad, estaba equivocado. Resulta curioso que en los tiempos que corren su frase más icónica pierda fuelle. Pues si cierto es que el medio tiene gran importancia, al final el mensaje es el mensaje. Que nos quede claro en tiempos de pandemia y cuarentena. El mensaje es el mensaje; la abolición es la abolición; y el 9 de mayo la II Marcha Abolicionista ‘Por la paz de las mujeres’, pese a que se realice de forma online, mantendrá intacto sus objetivos por encima de todo: conseguir una ley abolicionista para que las prostituidas cuenten con unas medidas de reinserción y multar al putero.
Aunque esto es solo la orilla de un gran océano. La Marcha también persigue la abolición de los vientres de alquiler y el porno, es decir, como nos comenta la representante de prensa de Mujeres por la Abolición, «todo aquello que tiene que ver con la mercalización del cuerpo de la mujer. Sobre todo, de la mujer pobre, puesto que al final ninguna mujer rica ingesta para una pobre». Por ello, entre otros motivos, junto a la bandera feminista llevan la abolición y se desmarcan de la prohibición, cuyo fin «termina multando a las mujeres, que son las víctimas», comenta la representante de prensa.
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